06 julio 2014

Memorias del subsuelo

Fiódor Dostoyevski
‘Memorias del subsuelo’ (1864)

mis fundamentos

Pues, para empezar a actuar, se necesita estar previamente tranquilos y que no haya puntos dudosos. Bien, ¿y cómo, por ejemplo, yo puedo estar tranquilo? ¿Dónde tengo yo las causas primeras en las que apoyarme, dónde tengo los fundamentos? ¿Dónde iré a cogerlos? Yo hago profesión de mi pensamiento, lo que significa que para mí toda causa originaria lleva consigo otra causa aún más originaria, y así hasta el infinito.

construir y no habitar

(…) O sea, al hombre le encanta construir, trazar caminos, es pacífico.¿Pero de dónde le viene que ame también apasionadamente la destrucción y el caos? Contestadme a esto (…). ¿Quizá no se debe este amor suyo a la destrucción y al caos (que tal vez los ame tanto es también pacífico e indiscutible) al hecho de que él instintivamente tiene miedo de conseguir el fin y de llevar a término la construcción? ¿No podría ser que sólo le guste ver el edificio de lejos y no de cerca; que no le guste habitarlo, sino solo construirlo, para dejárselo aux animaux domestiques, tales como hormigas, cabrones, etc?

el dilema

Estaba parado en la nieve, procurando ver  por entre la oscura niebla, y pensaba en esto.           
¿No es mejor, no es mucho mejor –imaginaba más tarde, ya en casa, apagando con las fantasías el vivo dolor del corazón-, infinitamente mejor que cargue para siempre con esta afrenta? (…) ¿Qué es mejor: una felicidad vulgar o un sufrimiento elevado?


No hay comentarios: