22 agosto 2013

El violinista hiperreflexo

Viktor Frankl
La presencia ignorada de Dios (1948)

el violinista
Conocemos el caso de un violinista que trataba siempre de tocar de la manera más consciente posible; desde el ajuste del violín hasta el más insignificante  detalle técnico de la ejecución, todo quería «hacerlo consciente», pasarlo por una autorreflexión. Esto sólo  pudo llevarle, como era de esperar, a un completo fracaso artístico. El tratamiento terapéutico a que fue sometido tuvo que eliminar de una vez para todas esa tendencia a una «hiperreflexión» y a querer como contemplarse a sí mismo; puso sus miras en lo que en otro contexto hemos designado con el nombre de «des-reflexión» (Dereflexion). La acción psicoterapéutica hubo de devolver a este paciente su confianza en el inconsciente, al instruirle de que no dejara en  ningún momento de considerar cuánto «más musical» era su facultad inconsciente que su conciencia. De  hecho, el tratamiento así enderezado condujo a una desinhibición de las «fuerzas creadoras» del inconsciente, precisamente al liberarse el proceso de (re-) producción artística, que es esencialmente inconsciente, de un exceso de conciencia.

el punto ciego
De la misma manera que en el lugar de origen  de la retina, o sea en el lugar de entrada del nervio  óptico, la retina tiene su «punto ciego», así también  el espíritu, precisamente allí donde tiene su origen, es ciego a toda autocontemplación y autorreflexión; allí donde es enteramente primordial, totalmente «él mismo», es inconsciente de sí mismo. Y a él podríamos  aplicar lo que leemos en los antiguos Vedas indios: «Ve y no puede ser visto, oye y no puede ser oído, piensa y no puede ser pensado.»

diversidad de lenguas
 (…) existe un gran número de idiomas; sin embargo ¿no utilizan muchos de ellos un alfabeto común? De alguna manera las diferentes religiones se asemejan en su diversidad a las lenguas. Nadie puede decir que su lengua sea superior a las demás, en todas y cada una de ellas puede el hombre acercarse a la verdad, que es una; y en todas ellas puede también equivocarse e incluso mentir. Así también puede servir al hombre de vehículo cualquier religión para llegar a Dios, al único Dios.

Viktor Frankl
La presencia ignorada de Dios (1948)


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